martes, 26 de agosto de 2008

Olimpiadas.

"Unas olimpiadas excepcionales" fueron mas o menos las palabras del presidente del Comité Olímpico Internacional en la ceremonía de clausura que vimos hace un par de dias. He de decir que estoy de acuerdo con él, empezando con la espectacular ceremonía de apertura, con diferencía la mas bella e impresinante vista hasta el momento ( no me voy a parar a describir las maravillas de algo que todos vimos). Una organización impecable durante los juegos, sin fallos, incluso lograron controlar en cierta medida el tiempo bombardeando el cielo con no se que producto químico que impedía la formación de nubes y a última hora también el problema de la contaminación se solucionó. Vamos que todo salió a pedir de boca. Seguro que hubo pequeños incedentes, ni me molesto en buscarlos, porque son inevitables y sería mezquino negar que lo chinos han hecho unos juegos olímpicos impecables.
Pero hay algo que yo no puedo olvidar, algo que planea por encima de toda China y que toda la perfección, belleza e increibles resultados deportivos, no son capaces de hacerme olvidar. Es una especie de regusto, como cuando comes algo que te encanta pero lleva una salsa que te hace poner esa cara de "mmmmmmmm no se no se si está del todo como a mi me gusta" (vaya hasta hago símiles con la comida, creo que debo empezar a preocuparme por esa obsesión mia). Y esa sensación no es otra que la situación social de China. Esa gran nación ha organizado un espectáculo mundial increible, pero aún asi millones de chinos viven en la absoluta pobreza, donde (segun UNICEF y son datos recogido con la vigilancia de un regimen totalitario como el chino) en 2006 murieron el 25% de los menores de 5 años. Aunque tambien son innegables sus grandes avanzes y que cada dia que pasa escalan puestos en cuanto a bienestar social.
Pero ya no solo es la cuetión económica y la capacidad de garantizar el bienestar dentro de sus fronteras, sino que tambien está el hecho del régimen tiránico que se vive. Las prohibiciones son el pan nuestro de cada día y nadie se libra de ellas, con un sistema de seguridad que recuerda a las mas paranoicas peliculas, todos los periodistas que entran en ese pais tienen asignado un agente de la ley como mínimo que les vigila y controla que no investiguen lo que no les importa. Las detenciones políticas tambien son una realidad allí y la gente, la que ha estudiado algo mas que en las esculas estatáles, sabe que no puede hablar, no con los extrangeros. El otro dia en el tipico programa de la tele un chino le decía al periodista que hablar de ciertos temas era peligroso así que él no tenía nada que decir. Lo que me llamó la atencíon no fue que dijera eso, sino el como lo dijo, con total tranquilidad, se diría que lo tienen tan asumido que pronto llegará el día en que los chinos no tengan siquiera ideas fuera de las que su gobierno dicte.
Y bueno, todo esto es lluvia sobre mojado, nada nuevo. Lo que realmente me ha ofuscado un poco, o un mucho, es que (por lo que yo se) ni un solo deportista, nadie ha dado un paso adelante con unas declariciones directas, con un acto, con una camiseta que pusiera democracia, absolutamente nada, coño que no les iban a detener por eso, joder podían haber buscado algo poco comprometido, lo suficiente como para que los chinos no pudieran decir ni mu, pero todas las televisiones del mundo lo pusieran. Lo cierto es que eso es lo que me parece peor, que nadie en todo el rollo Olímpico haya dado ni un pequeño paso al frente.
Y luego resulta que los que si lo dieron fueron nuestra clase político, debemos recordar la múltiples ausencias de jefes de estado y gobierno. Puede que no fuese gran cosa, pero "mejor que nada".
Ala, hasta la próxima